Pueden decir o hacer lo que quieran, pero la pancha siempre estuvo ahí para todos, estuvo a mi lado en cada momento, en clases o en idas a comprar, en el frío del invierno y en la hora de almorzar, celosa como ella sola y fielmente mi amiga, cuidándome de cualquier cosa y siempre esperando un cariño o una botella que tirar.
Siempre peleando con todos los perros y escondiéndose detrás de mi a la hora de pelear, saludándome todos los días, con su infinita alegría, exigiéndome abrigo cada vez que su chaleco desaparecía y este ultimo, de tigresa, le quedaba fabuloso.
No puedo evitar sentirme culpable de tu rápida partida, extremadamente fiel y esta claro que saliste persiguiendo a alguien quien adorabas y como siempre no miraste la calle antes de cruzar. Siento que debí estar a tu lado y quizás, solo quizás esto no hubiese pasado, lamento no haber insistido mas para traerte aquí, a mi casa a vivir conmigo, como siempre desee. Nada puedo decir para revertir lo sucedido solo que sinceramente yo te ame y lo sigo haciendo. Aun no puedo aceptar tu partida y solo espero que me sigas cuidando y persiguiendo donde sea que estés, porque al final seguiremos juntas. Adiós mi linda watona
2011 -> 15 de agosto 2013
